R. Murray Schafer: compositor canadiense que viene dedicando gran parte de su vida a investigar el mundo sonoro que nos rodea, con el objeto de proponer respuestas y soluciones a la actual contaminación acústica y de obtener distintas fuentes sonoras para sus creaciones musicales.
En las conferencias y cursos que imparte por todo el mundo traslada a los alumnos su preocupación por el entorno sonoro con actividades muy creativas, sugerentes y originales.
En su Una declaración sobre educación musical podemos ver algunas de sus ideas, entre las cuales destacamos las siguientes:
1.- Veo la música como una materia predominantemente expresiva, como el arte, la escritura creativa, o elaboraciones de todo tipo. Es decir, debería ser esto; aunque, por el gran énfasis puesto en la teoría, en la técnica y en el trabajo de memorización, se vuelve, predominantemente, mera adquisición de conocimientos.
2.- El gran problema de la educación es de tiempo. La educación se ocupa tradicionalmente del tiempo pasado. Sólo se puede enseñar cosas que ya han ocurrido. (En muchos casos ocurrieron hace mucho tiempo). Son estos problemas del tiempo los que mantuvieron separados a los artistas y las instituciones, ya que los artistas, a través de los actos creativos, se ocupan más del presente y del futuro que del pasado. La educación no es novedad ni profecía; ni presente ni futuro. Ejecutar, interpretar música es embarcarse en una reconstrucción del pasado que puede ser, por cierto, una experiencia útil y deseable. Pero, ¿no podríamos utilizar algunas de nuestras energías en enseñar para que las cosas ocurran? ¿No es esto algo que vale la pena considerar? El único camino por el que podemos transformar la materia musical de tiempo pasado en una actividad de tiempo presente es a través de la creación. Marshall McLuhan escribió: "Estamos ingresando en una nueva era de la educación que está programada más para el descubrimiento que para la instrucción".
3.- En una materia que da conocimiento, el maestro tiene todas las respuestas y el alumno tiene una cabeza vacía lista para asimilar información. En una clase programada para la creación no hay maestros; sólo hay una comunidad de estudiosos. El maestro puede iniciar una situación haciendo una pregunta o planteando un problema; a partir de ahí, su papel como maestro ha terminado. Podrá continuar participando del acto de descubrir, pero ya no como maestro, no como persona que ya conoce la respuesta. Repito esto con énfasis: en una clase programada para la creación, el maestro debe planificar su propia extinción. Quisiera agregar entre paréntesis que me tomó varios años el llegar a sentirme cómodo haciendo esto. Yo oriento a la clase haciendo una pregunta o planteando un problema. Estas preguntas o problemas son de un tipo especial: deben admitir tantas soluciones como alumnos hay en el aula. La clase debe convertirse en una hora de mil descubrimientos y el secreto está en la pregunta formulada.
4.- Tipos de preguntas (se observará que estos problemas son progresivamente restrictivos; obligan al estudiante a concentrarse cada vez más, aunque siempre admiten ilimitadas soluciones):
• El silencio es evasivo: trate de hallarlo.
• Anote todos los sonidos que escucha.
• Encuentre un sonido interesante.
• Encuentre un sonido interesante consistente en un ruido sordo y apagado, seguido de un chirrido agudo.
• Encuentre un sonido que pase cerca de usted de sudoeste a noroeste.
• Permita que cinco sonidos se establezcan durante dos minutos.
• Ubique un sonido solo en un profundo continente de silencio.