RESUMEN DEL ARTÍCULO “MÚSICA Y CREATIVIDAD, ALGO MÁS QUE UN LENGUAJE DE EXPRESIÓN Y DE COMUNICACIÓN”, PILAR LAGO (2006).
Desde
el siglo XIX se ha venido señalando la enorme importancia del desarrollo de la
creatividad en la formación y educación de la persona. El objeto en este
artículo es valorar en qué medida se ha desarrollado esta capacidad en cada uno
de nosotros.
Algunos
autores de diferentes escuelas y corrientes han presentado a la creatividad
como “una necesidad innegable y una invitación propuesta hacia la libertad de
expresión en el desarrollo de una obra de arte”.
Éstos
mantienen los importantes beneficios que conlleva, tanto en su rendimiento y
conocimiento académico como en aspectos más profundos de su personalidad,
fundamentalmente si este aprendizaje se desarrolla desde los primeros años de
vida, provenientes, posiblemente desde el útero materno.
Concepto
que ha sido investigado por múltiples escuelas que valoran de diferente manera
los complejos momentos y estados emocionales por los que pasa la persona que
realiza un acto creativo.
Tal
y como cita el artículo, ”crear y componer podría parecer lo mismo”, pero no es así, ya que hay compositores que
no crean necesariamente.
Para
incentivar la creatividad en los más pequeños es importante solidificar bien
las bases y potenciar sus capacidades desde que son un feto. Dependiendo de la
etapa en la que se encuentre el niño/a su creatividad musical variará. Según
Lago (2003, p.76) son cuatro:
IMITACIÓN. Es un primer momento o encuentro con el aprendizaje.
Esto suele ocurrir en los momentos de su escolarización en la Guardería o
Escuela Infantil (2-3 años), donde el niño repite casi de forma constante los
ejemplos recibidos a través de las profesoras o cuidadoras. Aunque también
puede aparece, de manera aislada algún niño con capacidad natural de inventar,
pequeña iniciativa a la que se puede denominar IMPROVISACIÓN.
IMPROVISACIÓN. Es el momento en el que el niño deja de imitar para
hacer pequeñas aportaciones, lo que le permite disponer de una mayor autonomía
musical, tanto individual como grupal. Esta autonomía no aparece en todos los
niños o personas a la misma edad, ni en el mismo momento de desarrollo
evolutivo. La mejor manera de fomentarlo es no cortando las respuestas
espontáneas de los niños, sino estimularlas siempre dentro de un aprendizaje
musical creativo. En este segundo nivel, también se va concretando la idea de
TIMBRE, RITMO, MELODÍA, etc.
EXPERIMENTACIÓN. En este período, el niño, de forma espontánea
manipula diferentes timbres instrumentales y busca nuevas fórmulas de expresión
para sentirse CREADOR de pequeñas melodías al principio a cosas más
comprometidas posteriormente. La aparición de la ARMONÍA como el último de los
pilares fundamentales de la música aporta una enorme riqueza al creador.
CREACIÓN. Es el momento en el que alcanzan un conocimiento musical
que les va señalando caminos y abriéndole muy diferentes puertas creativas.
Ahora no solo “manipula sonidos, sino que “funde y mezcla” ritmos y culturas de
muy diferentes paisajes sonoros.